Las
apariencias engañan. No todos somos la apariencia que demostramos. A veces esa
apariencia es una simple fachada que nos ponemos para no ser tan vulnerables y
muchas veces juzgamos a las personas por la forma de vestir y de caminar. Todo
eso es una fachada. Hay que conocer a las personas antes de criticar o de
juzgar.
Cada día vamos aprendiendo cosas y muchas de ellas hacen que estemos más mal porque nos hace ver que lo que pensábamos era todo lo contrario o algo muy distinto. Le decimos a mucha gente que tiene razón muchas veces es por no discutir en cambio hay otras que se dicen por qué es lo que pensamos de verdad.
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