Las
personas tenemos la manía de compararnos con otras porque queremos ser tratados
igual. Ahora estamos luchando por la igualdad de las mujeres pero también
tendríamos que luchar por la igualdad de las personas, porque lo que es injusto
es que a las personas con discapacidad se les discrimine por no ser como los
otros, se les mire mal, se les desprecie. Esas personas son consientes de todo
lo que pasa a su alrededor y lo que la gente no sabe es que estas personas son
muy agradecidas. Más que muchas otras. En serio, mucha igualdad, y lo que no
puede ser es que en pleno siglo XXI haya mucha gente así. No saben la
satisfacción personal que aportan estas personas como
agradecen la atención que les prestas, muchos con una sonrisa, otros con caricias, con palabras,
gestos, miradas...
Cada día vamos aprendiendo cosas y muchas de ellas hacen que estemos más mal porque nos hace ver que lo que pensábamos era todo lo contrario o algo muy distinto. Le decimos a mucha gente que tiene razón muchas veces es por no discutir en cambio hay otras que se dicen por qué es lo que pensamos de verdad.
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